
ÉTICA Y RESPONSABILIDAD CLÍNICA DE UN CIRUJANO MAXILOFACIAL
Los cirujanos orales y maxilofaciales enfrentan a menudo situaciones clínicas y personales complejas que retan su profesionalismo y que, al ser potencialmente conflictivas, requieren del reconocimiento y aplicación de ciertos valores y principios éticos con el fin de abordarlas y lograr así una resolución armoniosa y justa. Ahora bien, en MESURGICAL te compartiremos una reflexión acerca del tipo de comportamiento y grado de compromiso que los cirujanos orales y maxilofaciales deben manifestar con los pacientes, sus colegas y la sociedad, es de mencionar que estas recomendaciones son de carácter informativo y no es nuestra intención, dictar que debe o no hacer el profesional en su ejercicio.
La honestidad es un valor fundamental en la práctica clínica actual. Un profesional es honesto cuando le informa plenamente al paciente la verdad acerca de su diagnóstico, el plan y el resultado de su tratamiento o procedimiento quirúrgico, incluyendo complicaciones o lesiones que se hayan producido. Omitir información compromete la autonomía del paciente y complica la confianza que sustenta la relación profesional- paciente.
Además, también está lo que conocemos como prudencia. La prudencia se ejerce cuando se actúa razonable y deliberadamente, con sensatez, en función del obrar bien y se es capaz de elegir el tratamiento o curso de acción más conveniente entre varios posibles. Actuar con prudencia supone evaluar adecuadamente una situación clínica concreta, analizar las diferentes opciones de manejo, sus respectivos riesgos y beneficios y tomar una decisión correcta junto con el paciente.
El ejercicio actual de la especialidad comprende la colaboración y el trabajo en equipo. Ningún cirujano oral y/o maxilofacial puede ejercer la especialidad aisladamente. La lealtad como virtud significa amistad, apoyo y guía. Es decir, que representa el desarrollo y compromiso de solidaridad y compañerismo entre colegas. Es ser considerados y tolerantes para con ellos. La lealtad también representa el respeto que debemos a nuestros mentores, a sus enseñanzas y a las futuras generaciones.
Entender la dimensión ética de la profesión es fundamental para cultivar hábitos y posibilitar su incorporación en la práctica clínica, lo que te permitirá estar preparado para los desafíos del presente y del futuro. Recuerda que un profesional no sólo sabe reconocer patrones, identificar el momento en el cual se deben emplear las normas, sus conocimientos y hacer lo que se debe hacer en determinada situación, sino también cuándo no emplear las mismas normas o modificarlas para ajustarlas a las circunstancias específicas de un caso en particular.