PIEL SECA

La piel seca presenta una emulsión del manto epidérmico de fase externa acuosa (O/W). Una correcta función barrera presupone una superficie cutánea lisa, flexible, sin fisuras, sin grietas y con una descamación imperceptible. Las pieles secas se desarrollan como consecuencia de una disminución en el contenido de agua del estrato córneo, dificultando dicha función barrera.

Esta hidratación del estrato córneo depende de muchos factores, tanto internos como externos. La sequedad cutánea se caracteriza por presentar aspereza, descamación, pérdida de flexibilidad y elasticidad, grietas e hiperqueratosis. La pérdida de agua puede deberse a:

Disfunciones fisiológicas:

·         Disminución de la secreción sebácea o alipia. Supone la deshidratación de las capas córneas superficiales y propicia una alteración de la función barrera por parte de los agentes externos.

·         La falta de precursores (filagrina) de las moléculas hidroscópicas que constituyen el factor de hidratación natural (FHN) de los corneocitos. Como consecuencia aparecen sequedad y aspereza cutánea que dificultan la función barrera.

·         La escasez y alteración de los lípidos que forman las membranas córneas y la sustancia cementante intercorneal, puede incrementar la pérdida de agua y causar aspereza y sequedad.

·         Existen patologías cutáneas, como ictiosis, psoriasis, xerosis o dermatitis seca, ligadas a una hiperqueratosis y que son causa de deshidratación, sequedad, descamación y aspereza en el estrato córneo.

Agentes externos:

·         El calor seco, intenso y persistente, provoca una pérdida de agua que modifica la fase acuosa de la emulsión epicutánea reduciendo el entorno acuoso de las sustancias higroscópicas del factor natural de hidratación (FHN) y eliminando las láminas de agua que forman parte de la sustancia lipídica cementante entre las células corneales.

·         El frío puede afectar las actividades enzimáticas que transforman los aminoácidos precursores de las sustancias que forman el FHN.

·         El exceso de radiación UV puede dañar las proteínas córneas y los lípidos lábiles. A largo plazo produce hiperqueratosis que se manifiesta con sequedad y aspereza cutánea.

·         La utilización continuada de jabones y detergentes puede provocar una pérdida de los lípidos superficiales, por lo que desaparece la emulsión epicutánea y produce un resecamiento de la epidermis. También es posible una eliminación de parte de los lípidos cementantes empeorando los signos de la sequedad.

·         Los productos alcalinos pueden bloquear la capacidad tampón del estrato córneo y provocar la pérdida de la acidez fisiológica característica de la capa córnea.

·         La sequedad cutánea puede ser ocasional o crónica. La piel seca constitucional se caracteriza por ser gruesa, áspera y rugosa al tacto, con una descamación anormal. Presenta poca tolerancia a los agentes externos. El síntoma acompañante más frecuente es el prurito, que se atribuye a una alteración en el umbral sensorial o la penetración de irritantes a través de un estrato córneo anormal. Es frecuente en personas ancianas o con dermatitis atópica.

·         Dentro de las pieles secas ocasionales o temporales se encuentran principalmente las pieles secas alipídicas y las pieles secas deshidratadas.

Las pieles alipídicas se caracterizan por una disminución del nivel lipídico en la secreción sebácea, ocasionando la deshidratación de la capa córnea por una menor protección de la emulsión epicutánea. Estas pieles suelen presentar:

·         Color blanco rosado.

·         Espesor fino.

·         Aspecto mate y marchito.

·         Poros cerrados e imperceptibles a simple vista.

·         Tacto áspero.

·         Fácil descamación.

·         Tendencia a presentar arrugas.

·         Resiste muy mal los cambios climáticos.

·         Las glándulas sebáceas y sudoríparas se encuentran disminuidas de volumen.

·         Toleran mal los jabones.

·         Se broncea con dificultad.

·         No suele tener comedones.

·         Pérdida de elasticidad.

·         La sensibilidad a los agentes externos favorece la aparición de rojeces y descamaciones.

Las pieles deshidratadas deben su sequedad a un déficit de agua en el estrato córneo. Los agentes externos favorecen la eliminación del agua superficial conduciendo a un resecamiento y mayor descamación córnea.

Sus características son:

·         Tacto áspero.

·         Piel con espesor fino.

·         Aspecto mate, sin brillo.

·         Gran tendencia a las arrugas y a que se infecten los poros (granos).

·         Tolera muy mal los jabones.

·         Broncea difícilmente.

·         Fácil descamación.

·         Mala adaptabilidad a los cambios climáticos.

·         Piel muy sensible, que se irrita con facilidad   Sensación de tirantez.

·         No suele presentar comedones.

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