La a unión intercelular en la piel se refiere a las estructuras que mantienen unidas las células de la epidermis y contribuyen a la integridad y función de la barrera cutánea. Estas uniones son esenciales para mantener la barrera protectora de la piel, que previene la pérdida de agua, protege contra microorganismos y sustancias irritantes, y mantiene la homeostasis térmica.
Las células epidérmicas están unidas entre sí por medio de los puentes de unión intercelular (desmosomas) y están unidas a la dermis por medio de la membrana basal (hemidesmosomas). Los Desmosomas son estructuras de unión que proporcionan resistencia mecánica al tejido epitelial, anclando el citoesqueleto de una célula al de la célula adyacente a través de proteínas como la desmogleína y la desmocolina.
Los puentes de unión intercelular o desmosomas están constituidos por varias proteínas que se agrupan en:
1. Filamentos de queratina.
2. Plaquinas
3. Desmogleinas.
Existen varios tipos de uniones intercelulares en la piel, que incluyen:
Uniones de oclusión (tight junctions): Estas uniones forman una barrera impermeable entre las células epiteliales, impidiendo el paso de sustancias entre ellas. Son fundamentales para la función de barrera de la piel.
Uniones adherentes (adherens junctions): Estas uniones mantienen unidas las células epiteliales y están compuestas principalmente por proteínas como la E-cadherina y β-catenina. Contribuyen a la resistencia mecánica del tejido epitelial.
Uniones de hendidura (gap junctions): Permiten la comunicación directa entre las células vecinas, facilitando el transporte de pequeñas moléculas y iones entre ellas.
Estas uniones intercelulares trabajan de manera coordinada para mantener la integridad estructural y funcional de la piel. Cualquier alteración en estas uniones puede conducir a problemas en la función de barrera de la piel, aumentando la susceptibilidad a infecciones, deshidratación y otros trastornos cutáneos. Por lo tanto, el mantenimiento de las uniones intercelulares es crucial para la salud y el bienestar de la piel.
A su vez existe un grupo de enfermedades autoinmunes – los pénfigos – que se caracterizan por el desarrollo de anticuerpos dirigidos contra las proteínas que costituyen los desmosomas alterando su función y dando lugar a la acantolisis (proceso patológico que involucra la pérdida de la cohesión entre las células de la epidermis, específicamente en las capas más superficiales de la piel. Esta condición se caracteriza por la separación y disociación de las células epiteliales, lo que puede llevar a la formación de vesículas y ampollas intraepidérmicas).
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